gonartrosis

síntomas de gonartrosis

gonartrosisEs una artrosis deformante de la articulación de la rodilla. Se acompaña de daño al cartílago hialino de las superficies articulares de la tibia y el fémur y tiene un curso crónico progresivo. Los síntomas clínicos incluyen dolor que empeora con el movimiento, limitación del movimiento y sinovitis (acumulación de líquido) en la articulación. En las etapas posteriores, se altera el apoyo de la pierna y se observa una limitación pronunciada de los movimientos. La patología se diagnostica basándose en la anamnesis, las quejas, el examen físico y la radiografía de la articulación. El tratamiento es conservador: farmacoterapia, fisioterapia, terapia con ejercicios. Si hay una destrucción significativa de la articulación, está indicada la endoprótesis.

información general

La gonartrosis (del género latino articulatio - articulación de la rodilla) o artrosis deformante de la articulación de la rodilla es una lesión degenerativa-distrófica progresiva del cartílago intraarticular de naturaleza no inflamatoria. La gonartrosis es la artrosis más común. Suele afectar a personas de mediana edad y de edad avanzada, siendo las mujeres las más afectadas. Después de una lesión o un estrés intenso y constante (por ejemplo, durante los deportes profesionales), la gonartrosis puede ocurrir a una edad más temprana. La prevención juega el papel más importante en la prevención de la aparición y el desarrollo de gonartrosis.

Contrariamente a la creencia popular, la causa del desarrollo de la enfermedad no radica en la deposición de sales, sino en la desnutrición y los cambios en la estructura del cartílago intraarticular. Con la gonartrosis, pueden aparecer focos de deposición de sales de calcio en el sitio de unión del tendón y el aparato ligamentoso, pero son secundarios y no causan síntomas dolorosos.

Causas de la gonartrosis

En la mayoría de los casos, es imposible identificar una razón única para el desarrollo de la patología. Como regla general, la aparición de gonartrosis es causada por una combinación de varios factores, entre ellos:

  • Lesiones. Aproximadamente el 20-30% de los casos de gonartosis están asociados a lesiones previas: fracturas de tibia (especialmente intraarticulares), lesiones de menisco, desgarros o roturas de ligamentos. Por lo general, la gonartrosis ocurre de 3 a 5 años después de una lesión traumática, aunque es posible un desarrollo más temprano de la enfermedad, de 2 a 3 meses después de la lesión.
  • Ejercicio físico. A menudo, la manifestación de gonartrosis se asocia con cargas excesivas en la articulación. La edad posterior a los 40 años es un período en el que muchas personas comprenden que la actividad física regular es necesaria para mantener el cuerpo en buenas condiciones. Al comenzar a hacer ejercicio, no tienen en cuenta los cambios relacionados con la edad y cargan innecesariamente las articulaciones, lo que conduce al rápido desarrollo de cambios degenerativos y la aparición de síntomas de gonartrosis. Correr y hacer sentadillas rápidas e intensas son especialmente peligrosos para las articulaciones de las rodillas.
  • Sobrepeso. Con el exceso de peso corporal, la carga sobre las articulaciones aumenta, tanto los microtraumatismos como los daños graves (desgarros de menisco o desgarros de ligamentos) ocurren con mayor frecuencia. La gonartrosis es especialmente difícil en pacientes obesos con venas varicosas graves.

El riesgo de gonartrosis también aumenta después de artritis previa (artritis psoriásica, artritis reactiva, artritis reumatoide, artritis gotosa o espondilitis anquilosante). Además, los factores de riesgo para el desarrollo de gonartrosis incluyen debilidad genética del aparato ligamentoso, trastornos metabólicos y alteraciones de la inervación en determinadas enfermedades neurológicas, lesiones cerebrales traumáticas y lesiones de la columna.

Patogénesis

La articulación de la rodilla está formada por las superficies articulares de dos huesos: el fémur y la tibia. En la superficie frontal de la articulación se encuentra la rótula que, cuando se mueve, se desliza a lo largo de la depresión entre los cóndilos del fémur. El peroné no participa en la formación de la articulación de la rodilla. Su parte superior está situada en el lateral y justo debajo de la articulación de la rodilla y está conectada a la tibia a través de una articulación de bajo movimiento.

Las superficies articulares de la tibia y el fémur, así como la superficie posterior de la rótula, están cubiertas por un cartílago hialino liso, muy fuerte y elástico, densamente elástico, de 5 a 6 mm de espesor. El cartílago reduce las fuerzas de fricción durante los movimientos y realiza una función de absorción de impactos durante las cargas de impacto.

En la primera etapa de la gonartrosis, se altera la circulación sanguínea en los pequeños vasos intraóseos que alimentan el cartílago hialino. La superficie del cartílago se seca y pierde gradualmente su suavidad. Aparecen grietas en su superficie. En lugar de un deslizamiento suave y sin obstáculos, los cartílagos se "adhieren" entre sí. Debido a los constantes microtraumatismos, el tejido del cartílago se vuelve más delgado y pierde sus propiedades de absorción de impactos.

En la segunda etapa de la gonartrosis, se producen cambios compensatorios en las estructuras óseas. La plataforma conjunta se aplana, adaptándose a cargas elevadas. La zona subcondral (la parte del hueso situada inmediatamente debajo del cartílago) se engrosa. A lo largo de los bordes de las superficies articulares aparecen crecimientos óseos: osteofitos, que en su apariencia en la radiografía se parecen a espinas.

Durante la gonartrosis, la membrana sinovial y la cápsula articular también se degeneran y se "arrugan". La naturaleza del líquido articular cambia: se espesa, aumenta su viscosidad, lo que conduce a un deterioro de sus propiedades lubricantes y nutricionales. Debido a la falta de nutrientes, se acelera la degeneración del cartílago. El cartílago se vuelve aún más delgado y en algunas zonas desaparece por completo. Después de la desaparición del cartílago, la fricción entre las superficies articulares aumenta drásticamente y los cambios degenerativos progresan rápidamente.

En la tercera etapa de la gonartrosis, los huesos están significativamente deformados y parecen estar presionados entre sí, lo que limita significativamente el movimiento en la articulación. El tejido cartilaginoso está prácticamente ausente.

Clasificación

Teniendo en cuenta la patogénesis en traumatología y ortopedia, se distinguen dos tipos de gonartrosis: gonartrosis primaria (idiopática) y secundaria. La gonartrosis primaria ocurre sin traumatismo previo en pacientes de edad avanzada y suele ser bilateral. La gonartrosis secundaria se desarrolla en el contexto de cambios patológicos (enfermedades, trastornos del desarrollo) o lesiones de la articulación de la rodilla. Puede ocurrir a cualquier edad, generalmente unilateral.

Teniendo en cuenta la gravedad de los cambios patológicos, se distinguen tres etapas de gonartrosis:

  • Primera etapa– manifestaciones iniciales de gonartrosis. Se caracteriza por un dolor sordo periódico, generalmente después de una carga importante en la articulación. Puede haber una ligera hinchazón de la articulación que desaparece por sí sola. No hay deformación.
  • Segunda etapa– aumento de los síntomas de gonartrosis. El dolor se vuelve más prolongado y más intenso. A menudo aparece un sonido crujiente. Se produce una restricción leve o moderada del movimiento y una ligera deformación de la articulación.
  • Tercera etapa– las manifestaciones clínicas de la gonartrosis alcanzan su máximo. El dolor es casi constante, se altera la marcha. Hay una limitación pronunciada de la movilidad y una deformación notable de la articulación.

Síntomas de gonartrosis

La enfermedad comienza de forma gradual, gradual. En la primera etapa de la gonartrosis, los pacientes experimentan un dolor leve al moverse, especialmente al subir o bajar escaleras. Puede haber sensación de rigidez en la articulación y "tensor" en la zona poplítea. Un síntoma característico de la gonartrosis es el "dolor inicial", sensaciones dolorosas que surgen durante los primeros pasos después de levantarse de una posición sentada. Cuando un paciente con gonartrosis "diverge", el dolor disminuye o desaparece y, después de un estrés importante, reaparece.

Externamente la rodilla no se modifica. A veces, los pacientes con gonartrosis notan una ligera hinchazón del área afectada. En algunos casos, en la primera etapa de la gonartrosis, el líquido se acumula en la articulación: se desarrolla sinovitis, que se caracteriza por un aumento en el volumen de la articulación (se hincha, se vuelve esférica), una sensación de pesadez y limitación de movimientos.

En la segunda etapa de la gonartrosis, el dolor se vuelve más intenso, ocurre incluso con cargas ligeras y se intensifica con una caminata intensa o larga. Como regla general, el dolor se localiza a lo largo de la superficie interna anterior de la articulación. Después de un largo descanso, las sensaciones dolorosas suelen desaparecer y reaparecer con el movimiento.

A medida que avanza la gonartrosis, el rango de movimiento en la articulación disminuye gradualmente y, al intentar doblar la pierna tanto como sea posible, aparece un dolor agudo. Puede haber un crujido áspero al moverse. La configuración de la articulación cambia, como si se expandiera. La sinovitis aparece con más frecuencia que en la primera etapa de la gonartrosis y se caracteriza por un curso más persistente y la acumulación de más líquido.

En la tercera etapa de la gonartrosis, el dolor se vuelve casi constante y molesta a los pacientes no solo al caminar, sino también en reposo. Por las noches, los pacientes pasan mucho tiempo intentando encontrar una posición cómoda para dormir. A menudo el dolor aparece incluso por la noche.

La flexión de la articulación está significativamente limitada. En algunos casos, no sólo la flexión, sino también la extensión son limitadas, por lo que el paciente con gonartrosis no puede estirar completamente la pierna. La articulación está agrandada y deformada. Algunos pacientes experimentan hallux valgus o deformidad en varo: las piernas adquieren forma de X u O. Debido a los movimientos limitados y la deformación de las piernas, la marcha se vuelve inestable y se contonea. En casos graves, los pacientes con gonartrosis pueden moverse sólo con el apoyo de un bastón o muletas.

Diagnóstico

El diagnóstico de gonartrosis se basa en las quejas del paciente, los datos objetivos del examen y el examen radiológico. Al examinar a un paciente con la primera etapa de gonartrosis, generalmente no se pueden detectar cambios externos. En la segunda y tercera etapa de la gonartrosis, se detectan engrosamiento de los contornos de los huesos, deformación de la articulación, limitación de los movimientos y curvatura del eje de la extremidad. Cuando la rótula se mueve en dirección transversal, se escucha un crujido. La palpación revela un área dolorosa hacia adentro de la rótula, al nivel del espacio articular, así como por encima y por debajo de él.

Con la sinovitis, la articulación aumenta de volumen y sus contornos se suavizan. Se detecta un bulto a lo largo de las superficies anterolaterales de la articulación y por encima de la rótula. Tras la palpación, se determina la fluctuación.

La radiografía de la articulación de la rodilla es una técnica clásica que permite aclarar el diagnóstico, establecer la gravedad de los cambios patológicos en la gonartrosis y controlar la dinámica del proceso, tomando fotografías repetidas después de un tiempo. Debido a su disponibilidad y bajo costo, sigue siendo el principal método para diagnosticar la gonartrosis hasta el día de hoy. Además, este método de investigación nos permite excluir otros procesos patológicos (por ejemplo, tumores) en la tibia y el fémur.

En la etapa inicial de la gonartrosis, es posible que no haya cambios en las radiografías. Posteriormente se determina un estrechamiento del espacio articular y una compactación de la zona subcondral. Los extremos articulares del fémur y especialmente de la tibia se expanden, los bordes de los cóndilos se vuelven puntiagudos.

Al estudiar una radiografía, se debe tener en cuenta que en la mayoría de las personas mayores se observan cambios más o menos pronunciados característicos de la gonartrosis y no siempre van acompañados de síntomas patológicos. El diagnóstico de gonartrosis se realiza únicamente con una combinación de signos radiológicos y clínicos de la enfermedad.

Radiografía de artrosis de la articulación de la rodilla.

Actualmente, junto con la radiografía tradicional, para diagnosticar la gonartrosis se utilizan técnicas modernas como la tomografía computarizada de la articulación de la rodilla, que permite un estudio detallado de los cambios patológicos en las estructuras óseas, y la resonancia magnética de la articulación de la rodilla, utilizada para identificar cambios en los tejidos blandos. .

Tratamiento de la gonartrosis

Actividades conservadoras

El tratamiento lo llevan a cabo traumatólogos y ortopedistas. La terapia para la gonartrosis debe comenzar lo antes posible. Durante el período de exacerbación, se recomienda al paciente con gonartrosis que descanse para lograr la máxima descarga de la articulación. Al paciente se le prescriben ejercicios terapéuticos, masajes, fisioterapia (UHF, electroforesis con novocaína, fonoforesis con hidrocortisona, corrientes diadinámicas, terapia magnética y láser) y fangoterapia.

La terapia con medicamentos para la gonartrosis incluye condroprotectores (medicamentos que mejoran los procesos metabólicos en la articulación) y medicamentos que reemplazan el líquido sinovial. En algunos casos, con gonatrosis, está indicada la administración intraarticular de hormonas esteroides. Posteriormente, el paciente podrá ser remitido para tratamiento en un sanatorio.

A un paciente con gonartrosis se le puede recomendar que camine con un bastón para descargar la articulación. A veces se utilizan ortesis especiales o plantillas personalizadas. Para ralentizar los procesos degenerativos en la articulación con gonartrosis, es muy importante seguir ciertas reglas: hacer ejercicio, evitar tensiones innecesarias en la articulación, elegir calzado cómodo, controlar su peso, organizar adecuadamente su rutina diaria (alternar carga y descanso, realizar ejercicios especiales).

Cirugía

Con cambios destructivos pronunciados (en la tercera etapa de la gonartrosis), el tratamiento conservador es ineficaz. En casos de dolor intenso, disfunción de la articulación y capacidad limitada para trabajar, especialmente si un paciente joven o de mediana edad padece gonartrosis, se recurre a la cirugía (reemplazo de rodilla). Posteriormente se llevan a cabo medidas de rehabilitación. El período de recuperación completa después de una cirugía de reemplazo articular por gonartrosis dura de 3 a seis meses.